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LA PUNA, UN MAL DE ALTURAS


¿Qué ocurre en las alturas con nuestro rendimiento físico? Es una interrogante que no siempre tiene respuesta clara, o peor aún, no siempre tiene respuestas en el común del mundo montañero. Esto ocurre principalmente por el desconocimiento de algunos factores como la Altitud y la presión atmosférica.

Tenemos que comprender en primer lugar que “Vivimos sumergidos en el fondo de un océano del elemento aire, del cual es sabido por experimentos incuestionables que tiene peso” Torricelli (como se citó en Bottella, 2002 p:13). En esta cita podemos entender que la gravedad interfiere directamente sobre la presión atmosférica atrayendo incansablemente hacia la tierra cada molécula de aire existente en la atmosfera, donde el 21% es nuestro gas vital el oxígeno.

Por otra parte, existe otro factor; la Altitud. Esta tiene como punto de referencia el nivel del mar para iniciar su punto 0 y se mide en metros sobre el nivel del mar (msnm). Un ejemplo es la cumbre del volcán Antuco que fue la primera ascensión documentada en nuestro país, esta se encuentra a 2979 msnm; o el más conocido de por todos, el monte Everest que su cumbre está a 8848 msnm. Estos no solo son datos, sino que muestran indicadores importantísimos para la planificación de una ascensión ya que a mayor altitud es menor el oxígeno podremos captar (Botella, 2002).

Pero ¿qué es la puna o el Mal de Alturas? Según el doctor Botella “…consiste en un conjunto de síntomas que aparecen en el ser humano como resultado del ascenso relativamente rápido a una altura para la que no se está aclimatado… se refiere solo a la enfermedad que aparece a consecuencia de la hipobaria propia de la altitud” (p.47). Básicamente es la enfermedad que produce el estar expuesto a una baja presión parcial del oxígeno por encontrarnos a gran altitud sin estar aclimatado a ella. Esto puede desencadenar en otras enfermedades aún más graves si no es atendida a tiempo.


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